¿Te preocupa tu aspecto? ¿Quieres mantener una apariencia saludable y joven? Si tu respuesta a estas preguntas es afirmativa, seguramente te podrá interesar este artículo sobre el ácido hialurónico. ¿Has oído hablar de él? ¿Sabes para qué se utiliza y cómo se administra? Te lo contamos a continuación.
Según un estudio reciente de la Universidad de Washington (Seattle, Estados Unidos), España se convertirá en el país con mayor esperanza de vida del mundo y, en el año 2040, los españoles tendrán una esperanza de vida de 85,8 años.
Este envejecimiento de la población, junto a la importancia cada vez mayor que la sociedad actual da a la imagen exterior, ha disparado el interés por la medicina y los tratamientos antiaging, orientados a mantener nuestras funciones vitales y a mejorar nuestra calidad de vida.
La dieta (restricción calórica), el ejercicio físico, la limitación o el cese de los hábitos tóxicos, la suplementación nutricional, el sueño reparador, la salud conductual y neurocognitiva y el equilibrio hormonal y metabólico son puntos clave de la medicina antienvejecimiento.
¿Qué es el ácido hialurónico?
Uno de los aliados de los tratamientos antiaging es el ácido hialurónico, un azúcar muy abundante en la piel, pero presente prácticamente en todas las estructuras de nuestro organismo (articulaciones, cartílagos, tendones, ligamentos, ojos, encías, etc.), con una gran capacidad para atraer y retener agua.
¿Sabías que el ácido hialurónico puede aumentar hasta 1.000 veces su peso al actuar a modo de esponja y retener agua?
Junto al colágeno y los proteoglicanos, el ácido hialurónico le da firmeza y elasticidad a la piel. Sin embargo, a medida que vamos cumpliendo años, estos tres componentes van disminuyendo y empiezan a hacerse visibles los signos del envejecimiento, con una piel de aspecto deshidratado, flácida por pérdida de elasticidad, con pequeñas arrugas y con manchas.
La presencia de ácido hialurónico en la piel disminuye la formación de arrugas, al reemplazar el volumen de líquido perdido, aumenta la producción de colágeno y mejora la morfología de los fibroblastos, principales células implicadas en la estructura del tejido conectivo del organismo.
¿Cuáles son los usos del ácido hialurónico?
El ácido hialurónico, sintetizado en el laboratorio en fórmulas biocompatibles de origen no animal, empezó a utilizarse en medicina, en particular en oftalmología y, desde allí, su uso se extendió, entre otras especialidades, a la dermatología y la medicina estética, hasta convertirse en una de las terapias cosméticas actualmente más en boga.
Se utiliza como cicatrizante de heridas y úlceras de decúbito, así como para alisar líneas de expresión y arrugas, para el relleno y el contorneado de los labios y los pómulos, para reducir las cicatrices del acné graves y para problemas cutáneos que generen una pérdida de piel.
¿Qué tipos de ácido hialurónico se utilizan en dermatología y medicina estética?
En función de cómo estén entrelazadas las moléculas que lo constituyen, encontramos dos tipos de ácido hialurónico:
- Ácido hialurónico reticulado (moléculas entrelazadas entre sí)
- Ácido hialurónico no reticulado (moléculas libres)
El ácido hialurónico reticulado se emplea especialmente, mediante inyecciones o infiltraciones, para rellenar arrugas y es la mejor formulación para recuperar el volumen perdido de surcos, comisuras y contorno facial.
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El ácido hialurónico no reticulado, en crema, gel o comprimidos, actúa exclusivamente como captador de agua, por lo que permite mantener y recuperar la hidratación cutánea y estimula la nutrición celular.
Además, en función de su peso molecular, el ácido hialurónico también se distingue en dos categorías:
- Ácido hialurónico de alto peso molecular
- Ácido hialurónico de bajo peso molecular
El ácido hialurónico de alto peso molecular, generalmente de procedencia animal, no tiene capacidad de penetrar en la piel, por lo que permanece en la superficie y actúa como hidratante.
El ácido hialurónico de bajo peso molecular, conocido también como fragmentado o hidrolizado, y generalmente de origen sintético, tiene capacidad de penetración y puede llegar hasta la dermis, por lo que actúa rellenado arrugas y promoviendo la síntesis natural de ácido hialurónico en la piel.
¿Cómo puede administrarse el ácido hialurónico usado en dermatología y medicina estética?
El ácido hialurónico puede administrarse mediante infiltraciones (inyecciones), que tienen un efecto de relleno inmediato, o puede presentarse en forma de cremas o comprimidos.
En el caso de las cremas, hidratantes y antiedad, deberá tenerse en cuenta su peso molecular, que marcará la capacidad de penetración y el precio.
Cuanto menos peso molecular tenga el ácido hialurónico, más se absorberá el producto, pero también, en general, más cara resultará la crema. Encontrar la presentación con una mejor relación calidad-precio, es decir, bajo peso molecular a precio ajustado, será la mejor solución.
En el caso de los comprimidos, nos encontramos con un doble problema: que el ácido hialurónico no pueda absorberse adecuadamente o que se metabolice como cualquier otro azúcar y no pueda hacer su función. Una formulación adecuada que tenga una buena biodisponibilidad, así como su combinación con otras sustancias que promuevan la síntesis orgánica de ácido hialurónico o frenen su destrucción y que faciliten una mejor asimilación del ácido hialurónico administrado —como la vitamina C, que contribuye al funcionamiento normal de la piel y a la formación de colágeno, o la vitamina E, que protege las células del daño oxidativo—, permitirá vencer estos obstáculos y alcanzar los objetivos estéticos.
¿Te animas a probarlo? Si tu piel está perdiendo resplandor y turgencia, seguro que no te arrepentirás.