Con la llegada de la primavera, son muchas las personas que afirman ver su ciclo de sueño alterado, especialmente por el cambio de hora al horario de verano.
¿Sabemos realmente qué ocurre en nuestro cuerpo durante las horas en las que dormimos? ¿Qué son los ciclos circadianos de los que tantas veces hemos oído hablar? Te lo contamos.
Los ritmos circadianos, responsables de regular nuestro descanso
Una de las razones por las que vemos alteradas nuestras fases de sueño durante los cambios de hora tiene que ver, precisamente, con las modificaciones en el ritmo o ciclo circadiano.
El concepto hace referencia a los ritmos biológicos que nos ayudar a regular nuestro descanso y que son comunes a todos los seres vivos, sincronizados con el ambiente, y que nos llevan a descansar durante las horas de oscuridad y a activarnos durante el día.
A estos ciclos se subordinan ciertos procesos biológicos que tienen que ver, por ejemplo, con la producción de determinadas hormonas. Estas son algunas de las más destacadas:
·Cortisol, que entre otras cosas refuerza nuestro sistema inmune y desempeña un importante papel ayudándole a responder al estrés.
·Renina, una enzima que regula la presión arterial.
·Estradiol, un estrógeno necesario para muchos procesos en el cuerpo.
Y un largo etcétera.
¿Cuáles son las fases del sueño?
Como sabrás, el descanso es necesario para nuestro organismo por muchas razones. Y es que durante las horas de descanso nuestro cuerpo no para ni un solo segundo: desde procesos regenerativos hasta procesos hormonales tienen lugar mientras dormimos. Incluso nuestro cerebro realiza un montón de funciones mientras no somos conscientes de ello, como por ejemplo fijar todos nuestros recuerdos.
Divididos en periodos de aproximadamente 90 minutos , nuestro sueño es completamente cíclico, encadenando hasta 5 o 6 de ellos, dependiendo de las horas que pasamos durmiendo.
Veamos ahora qué ocurre en nuestro cuerpo durante cada una de estas fases.
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Las fases del sueño: ¿qué ocurre durante cada una de ellas?
Fase I – adormecimiento: considerada una especie de transición, esta etapa suele comprender los primeros diez minutos en los que estamos dormidos, momento en el que pasamos de la vigilia al sueño. Durante esta fase, es habitual sufrir, por ejemplo, los clásicos momentos de ‘caída’ con los que a veces soñamos.
Durante las horas de descanso nuestro cuerpo no para ni un solo segundo: desde procesos regenerativos hasta procesos hormonales tienen lugar mientras dormimos.
Fase II – sueño ligero: se trata de la fase que más tiempo ocupa durante nuestras horas de sueño y, básicamente, combina etapas en las que nuestra actividad cerebral es muy alta con otras en las que es menos intensa. Es durante este momento cuando nuestro ritmo cardíaco se ralentiza y cuando, normalmente, nuestros sueños son más vívidos.
Fase III – transición: la etapa de transición tiene una duración muy corta, de apenas tres minutosy es la que nos conduce a las etapas de sueño profundo. Además, los picos de segregación de la hormona de crecimiento se dan en este momento.
Fase IV – sueño profundo o Delta: ocupando aproximadamente un 20% de la totalidad de nuestro sueño todas las noches, la del sueño profundo es sin duda la fase más importante, ya que es la responsable de determinar la calidad de nuestro descanso. En este momento, nuestra presión arterial disminuye considerablemente.
Fase V – REM o sueño paradójico: conocida como REM, del inglés rapid eye movement, la fase REM ocupa aproximadamente entre 15 y 30 minutos de nuestro sueño. Durante la misma, nuestros globos oculares se mueven a alta velocidad bajo nuestros párpados y, aunque nuestros músculos están ‘desconectados’, se produce una gran actividad cerebral, por lo que es habitual tener sueños muy vívidos durante esta fase.
¿Qué tipos de trastornos circadianos del sueño existen?
Como hemos visto, nuestros ritmos circadianos se ocupan, entre otras cosas, de regular nuestros estados de vigilia y sueño en función del entorno.
Algunas personas, sin embargo, sufren un desacople entre las horas de sueño y el horario socialmente aceptado para dormir, trastorno que toma distintas formas atendiendo a sus características: retraso o adelanto de la fase del sueño; trastorno por ritmo de sueño-vigilia irregular; trastorno por ritmo de sueño-vigilia diferente de 24 horas u otras casuísticas que pueden ser temporales como el llamado ‘jet lag’, los efectos del cambio de hora o los trastornos de sueño en los trabajadores nocturnos.
¿Cómo podemos regular nuestro ciclo de sueño?
Como hemos visto en otro post, si se producen alteraciones de cualquier tipo en el ciclo del sueño podemos poner en práctica algunas medidas para frenarlas.
Entre ellas, figuran la toma de complementos alimenticios naturales como la melatonina, que no solo facilita el inicio del sueño sino que regula el ritmo vigilia-sueño; o la valeriana, que reduce el estrés y por lo tanto nos ayuda a relajarnos y a disfrutar de un mejor descanso. Amba tipología de productos pueden ser grandes aliados para acabar con este problema.
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Artículo escrito por Benjamín Porras, psicólogo online especializado en trastornos de la conducta.