El verano es un momento de relajación, de descanso y de pasarlo bien, pero tras él la piel puede verse afectada por distintos factores propios de este tiempo.
Desde Esylma nos preocupamos por la belleza, el bienestar y la salud de vuestra piel. Por ello, hoy queremos ofrecer algunos consejos para cuidar la piel después del verano.
¿Por qué nuestra piel necesita cuidados tras el verano?
La piel siempre está expuesta a factores como el sol, la temperatura o la polución. Sin embargo, en verano la exposición al sol es más continua e intensa, estamos más tiempo al aire libre y también llevamos ropa más corta y ligera. Esto no solo puede producir quemaduras solares, sino también efectos menos visibles a primera vista y con efectos a más largo plazo: piel deshidratada, descamaciones, piel con menos luminosidad, manchas, o envejecimiento prematuro, mostrando, por ejemplo, arrugas.
Además, en verano, sobre todo cuando hacemos vacaciones, cambian nuestros hábitos. Por ejemplo, nos bañamos en la playa o en la piscina, cuyas aguas pueden resecar la piel, podemos cambiar la misma alimentación o descansar menos.
Debido a estos factores, la piel acumula daños que no solo afectan a su salud, sino también a su belleza, y para recuperarlas, se debe actuar en consecuencia.
Algunos consejos para mimar la piel tras las vacaciones
Una piel sana, es una piel bonita, y al sentirla así nosotros también sentimos y mostramos relax, placer, belleza y salud a nivel general. Si queréis que al mirar o mostrar vuestra piel eso sea lo que refleje, os recomendamos seguir estos consejos:
Exfoliar y limpiar
Exfoliar la piel significa limpiarla en profundidad para eliminar las impurezas o células muertas que puedan quedar, y así, renovarla, unificarla, alisarla y purificarla. Todo ello le devolverá su luminosidad y belleza natural.
Además, cuando exfoliamos la piel y realizamos un masaje sobre ella, podemos aportar otros beneficios como activar la circulación sanguínea.
Es recomendable realizar la exfoliación una vez a la semana, aunque esto dependerá del tipo de piel de cada persona. En personas de piel sensible, la exfoliación se podrá hacer cada diez días y en personas de piel grasa, entre una y dos veces por semana.
Además de la exfoliación puntual, es importante que este cuidado se complemente con una limpieza diaria, para eliminar polución, suciedad, maquillaje, células muertas o sebo que se acumulan en los poros cada día.
Para obtener unos buenos resultados, es importante que se realice una limpieza por la mañana y otra por la noche, siempre con productos suaves, que respeten el pH de la piel y le aporten vitaminas.
Es recomendable que los productos de limpieza estén avalados por una entidad farmacéutica y consultemos a nuestro farmacéutico o dermatólogo de confianza.
Hidratar
Del 70% del agua presente en nuestro organismo, entre un 10% y un 20% se encuentra en la piel, lo que muestra la gran importancia de una buena hidratación.
Cuando la piel está hidratada es más flexible, resistente, de aspecto más fresco y brillante y tersa.
Cuando la piel pierde hidratación y se encuentra seca, no solo pierde su tono y puede descamarse más, sino que también se seca y pierde colágeno, acelerando el envejecimiento y volviéndose más frágil, arrugada y áspera.
Proteger
Más vale prevenir que curar, por lo que además de cuidar la piel limpiándola e hidratándola diariamente, también debemos protegerla de factores que la dañen, como por ejemplo el sol. Sea el momento del año que sea, es fundamental seguir utilizando protección solar y evitar la polución.
Cuidar la piel cuidándonos por dentro
La alimentación y descanso son fundamentales para la salud general, incluida la de nuestra piel. Para tener una piel bella y sana, es importante que bebamos suficiente agua, que sigamos una dieta rica en frutas y verduras que le aporten antioxidantes y vitaminas A, C y E, y descansemos correctamente para promover su regeneración celular.
Llevar a cabo una rutina
Para que la piel siempre luzca y se sienta lo mejor posible es importante que seamos constante en su cuidado, por lo que recomendamos que su cuidado sea una rutina. Ahora ya sabéis más sobre cómo cuidar la piel después del verano.