Descubre los beneficios de las infusiones

Una tabla de arcilla de la región de Sumeria (Oriente Medio, antigua Mesopotamia y actual república de Irak), considerada como la más antigua de las civilizaciones (3.500 a. C.), parece contener la primera referencia histórica a los beneficios de las plantas medicinales. Posteriormente, su uso se extendió a los asiáticos, los egipcios, los hebreos, los griegos y los romanos y así hasta el siglo XX, en el que la fitoterapia (tratamiento basado en el uso de productos de origen vegetal) resurge con fuerza.

En la actualidad, se calcula que cerca del 80% de la población mundial recurre a las plantas con fines terapéuticos, en cualquiera de sus diversas presentaciones:

  1. Líquidas de uso interno (jarabes, tinturas, tisanas, etc.)
  2. Sólidas de uso interno (cápsulas, comprimidos, polvos, etc.)
  3. Líquidas de uso externo (aceites esenciales, colirios, lociones, etc.)
  4. Semisólidas de uso externo (geles, pomadas o ungüentos)

Las tisanas, que se sirven de la acción del agua sobre los productos vegetales son, seguramente, el tipo de administración líquida de plantas medicinales más popular y fácil de preparar. En función de la temperatura del agua, se distinguen tres tipos de tisanas:

  1. Decocciones (agua hirviendo)
  2. Infusiones (agua llevada a ebullición y retirada del fuego)
  3. Maceraciones (agua a temperatura ambiente)
¿Sabías que solemos distinguir entre plantas aromáticas, plantas culinarias y plantas medicinales en función de si estas se usan para ambientar el aire, condimentar la comida o mejorar nuestra salud?

En este artículo, nos centraremos en las infusiones. ¿Qué son? ¿Cuáles hay? ¿Para qué sirven? Seguro que muchas ya las conoces, pero, ¿te animas a profundizar un poco más en los beneficios de algunas de las más utilizadas?

¿Qué es una infusión?

Una infusión es una bebida que se obtiene a partir de plantas que se introducen en agua llevada a ebullición y retirada del fuego, donde se dejan reposar, tapadas, durante 3-5 minutos, con la finalidad de extraer los principios activos solubles que contienen.

Para prepararla, pueden usarse las hojas, las flores, las cortezas, los frutos, las semillas y las raíces de las plantas.

Se habla de plantas para referirse a cualquier tipo de especie de vida vegetal, reservándose el término “hierbas” para aquellas plantas que no son leñosas.

Las infusiones no son medicamentos pero, como veremos a continuación, proporcionan interesantes beneficios para la salud.

¿Qué infusión puedes prepararte si tienes…?

Te apuntamos algunas infusiones que podrían irte bien en función de la clínica que presentes.

  1. Ansiedad
  2. Cansancio
  3. Defensas bajas
  4. Dolor
  5. Insomnio
  6. Problemas digestivos
  7. Problemas respiratorios
  8. Problemas urinarios
  9. Sobrepeso

Si aprietas los dientes por la noche, si suspiras más de la cuenta, etc. puede que estés sufriendo un cuadro de ansiedad. ¿Qué tal si te preparas una infusión que contenga amapola de California, caléndula, diente de león, hierba limón (lemongrass), hierba luisa, lavanda, manzanilla, melisa, pasiflora, tila o valeriana?

Si el cansancio te limita, puedes prepararte una infusión con café verde, canela, cola de caballo, guaraná, Ginkgo biloba, ginseng, jengibre, melisa, romero o té negro.

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Si te resfrías con facilidad, si a menudo coges infecciones, si te salen aftas con frecuencia, etc., puede que tengas las defensas bajas. El boldo, la cúrcuma, la equinácea, la genciana, el Ginkgo biloba, el ginseng y el rooibos pueden ayudarte a potenciar el sistema inmunitario.

Si el dolor condiciona tu día a día, la árnica, la cúrcuma, el hipérico, el jengibre, el laurel, la lavanda, la menta, el romero o el sauce pueden mejorar tu sintomatología.

Si lo que tienes es insomnio, ¿qué tal si te preparas una infusión con amapola de California, cúrcuma, lavanda, lúpulo, manzanilla, melisa, pasiflora, romero, té de banana, tila o valeriana?

Si tus problemas son digestivos, las infusiones con anís estrellado, hierbabuena, hinojo y menta seguro que te ayudan. El abedul, la cola de caballo y el diente de león te resultarán útiles también si quieres mejorar la función hepática.

Para fortalecer tus pulmones y evitar los problemas respiratorios, ¿qué te parece si te preparas una infusión que contenga hinojo, llantén, melisa, ortigas, regaliz, té verde, tila o tomillo?

Las infusiones con arándano rojo, brezo, centaura, cola de caballo, diente de león, gayuba, levístico, malva, tomillo o romero son interesantes en caso de problemas urinarios.

Y, por último, si te preocupa el sobrepeso, no te olvides de la canela, la estevia, el jengibre, la melisa y el té verde podrían serte útiles.

Como ves, hay más de una indicación para muchas de las plantas medicinales presentadas, que pueden tomarse solas o combinadas. ¿Te animas a hacer tus combinaciones?

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