El termómetro y el botiquín: tus mejores aliados para el invierno

Tener un botiquín completo en casa que incluya un termómetro es una de las medidas más prácticas y eficaces para cuidar de nuestra salud y la de nuestra familia. Por esta razón, es importante conocer los elementos básicos esenciales que deben componerlo, especialmente durante el invierno, cuando las enfermedades respiratorias y los resfriados suelen aumentar.

¿Por qué un termómetro es indispensable?

Un termómetro es una herramienta esencial para controlar la temperatura corporal y detectar la fiebre.

La fiebre es una respuesta de nuestro organismo a infecciones, y puede ser tanto un signo de enfermedades comunes -constipados, gripes…-, como de infecciones bacterianas más serias que necesiten de asistencia sanitaria. Saber si alguien tiene fiebre y cuál es su grado de temperatura es fundamental para tomar decisiones informadas sobre cómo proceder: ¿es necesario acudir al médico?, ¿se puede tratar en casa con cuidados básicos?

Además, muchas veces las personas pueden tener una temperatura elevada sin ser conscientes de ello al no presentar otros síntomas, por lo que un termómetro puede ser la única manera precisa de verificar su estado.

Actualmente, existen varios tipos de termómetros en el mercado que pueden encontrarse en distintos establecimientos, como las farmacias, y que se ajustan a las distintas necesidades de los usuarios:

  • Termómetros digitales: rápidos, precisos y fáciles de usar.
  • Termómetros infrarrojos: idóneos para medir la temperatura sin contacto directo con la piel, muy útiles en niños pequeños.
  • Termómetros de galinstan: es la opción ecológica -e igualmente fiable- al tradicional termómetro de mercurio, que se retiró del mercado debido a su toxicidad tanto para los seres humanos como para el medioambiente.

¿Cuál es la temperatura media del ser humano?

En 1868 se determinó la temperatura media del ser humano es de 36,6°C.

Este descubrimiento se lo debemos a un médico alemán, Carl Wunderlich, quien analizó la temperatura de 25.000 personas -lo que implicó más de un millón de mediciones axilares- en un amplio ensayo que ha sido respaldado posteriormente por otras investigaciones científicas. Demostró que la fiebre es un síntoma, no una enfermedad.

Sin embargo, a principios de este año, investigadores de la Universidad de Stanford han presentado el resultado de un estudio en el que se han analizado cientos de miles de mediciones de temperatura corporal tomadas durante los últimos 150 años, y la conclusión es que la temperatura media del cuerpo humano está bajando poco a poco, y que ahora mismo se sitúa en 36°C.

Según la SEMG (Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia), por encima de los 37.8ºC se considera fiebre, pudiendo llegar a sobrepasar los 41ºC. Aunque normalmente va acompañada de otros síntomas, como enrojecimiento de la piel, sudoración excesiva o escalofríos, lo cierto es que cada enfermo lo vive de forma diferente. Esto hace que el uso del termómetro sea esencial para obtener una medida objetiva por la que guiarnos en su evolución. Monitorizar la fiebre ayuda a identificar patrones.

¿Cómo actuar en caso de fiebre?

Durante los meses de invierno, las bajas temperaturas y el clima húmedo crean el ambiente perfecto para la proliferación de virus y bacterias. Resfriados, gripes y otras enfermedades respiratorias suelen ser más frecuentes en esta época del año, y contar con un termómetro y un botiquín bien equipado nos permite actuar rápidamente ante cualquier malestar.

Si la fiebre es leve y no existen señales de alarma lo mejor es:

  • Aliviar molestias y favorecer el descanso.
  • No abrigar ni desabrigar en exceso.
  • Beber líquidos con frecuencia: zumos de frutas o bebidas que aporten hidratos de carbono son una buena opción.
  • Mantener la habitación en una temperatura cómoda, ni demasiado fría ni calurosa.
  • Evitar medios físicos como baños fríos o compresas de alcohol para bajar la temperatura.

Si la temperatura supera los 38°C y hay malestar general, crisis convulsivas febriles o antecedentes de enfermedades crónicas -como diabetes, insuficiencia renal o cardiaca- se recomienda administrar analgésicos como ibuprofeno o paracetamol. Este último es un medicamento antipirético, es decir, un fármaco que reduce la fiebre además de ayudar a controlar el dolor. En estos casos, también pueden aplicarse medidas físicas para reducirla, como los baños de agua fría o templada.

Normalmente la fiebre no es motivo de consulta médica salvo en determinadas situaciones, por ejemplo, si persiste más de 48 horas o sube rápidamente, lo que puede ser un signo de una infección más seria, o cuando está asociada a otros síntomas, como rigidez en la nuca, convulsiones, dificultad para mover brazos o piernas, disminución del nivel de consciencia…

¿Qué debe incluir un buen botiquín en casa?

Un botiquín bien surtido es una herramienta fundamental para un correcto autocuidado. Si tienes dudas de qué elementos deben componerlo, puedes pedir consejo a tu farmacéutico de confianza, que te podrá orientar sobre cómo adecuarlo a tus necesidades y las de tu familia.  Desde Acofarma te damos algunos consejos:

Es importante revisar el botiquín periódicamente para asegurarse de que los fármacos no estén caducados y que todos los elementos estén en buen estado.

En definitiva, tener un termómetro y un botiquín bien surtido en casa es una decisión inteligente y práctica que nos permite actuar rápidamente en caso de necesidad, y que además nos proporciona tranquilidad al saber que estamos cuidando de nuestra salud y la de nuestros seres queridos.

No subestimes la importancia de estos elementos. Dedica tiempo a revisar y mantener tu botiquín actualizado, y asegúrate de tener un termómetro funcional en casa. Tu salud y la de tu familia te lo agradecerán.

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