La búsqueda de una vejez saludable es sin duda uno de los asuntos que más preocupan a la ciencia.
Hace tan solo unos meses, los medios de comunicación se hacían eco de un nuevo estudio cuyas protagonistas, las enzimas sirtuinas, se presentaban al mundo como ‘la fuente de la juventud’.
El Dr. David Sinclair, profesor de genética en la Universidad de Harvard, defendía su influencia en el proceso del envejecimiento: “Finalmente tenemos las herramientas para abordar científicamente el envejecimiento como una enfermedad. Ahora podemos prevenirlo y tratarlo, lo que podría tener el mayor impacto en la salud humana desde los antibióticos y el saneamiento público”.
Otro estudio, publicado en 2021 en la revista científica Nature Communications y liderado por el profesor Haim Cohen, director del Centro de Longevidad Humana Saludable Sagol de la Universidad de Bar-Ilan en Israel, conseguía incrementar la vida en ratones en un 23% gracias a una de esas proteínas sirtuinas, la SIRT6, un procedimiento que al parecer podría llegar a replicarse en seres humanos en el futuro.
¿Qué son las enzimas sirtuinas?
Descubiertas hace aproximadamente 40 años, las enzimas sirtuinas han sido motivo de estudio desde entonces. Esta familia de siete proteínas a las que se conoce como ‘el gen de la longevidad’ juega un papel importantísimo en el proceso de envejecimiento protegiendo las células, pero también cumple otras funciones en nuestro organismo.
Las enzimas sirtuinas protegen contra el estrés oxidativo, reparan nuestro ADN haciéndolo más resistente a la toxicidad genética y activan el metabolismo para quemar grasa, es decir, combaten el llamado estrés metabólico-energético. Además, el hecho de protegernos contra el estrés oxidativo, estas enzimas prevendrían también ciertas enfermedades neurodegenerativas.
Los estudios más recientes relacionados con las enzimas sirtuinas, como el que está llevando a cabo el Dr. Sinclair, buscan activar estos genes para ‘revertir’ el envejecimiento, puesto que ralentizándolo evitaremos la aparición de ciertas enfermedades.
Una de las enzimas más destacadas es la SIRT1, protagonista de numerosos estudios desde su descubrimiento, pues participa en el alargamiento de los telómeros -una especie de ‘escudo protector’ del ADN de nuestras células- y protege el genoma durante el proceso de reprogramación celular. Esto la relaciona estrechamente con los procesos de longevidad.
Protegen contra el estrés oxidativo, reparan nuestro ADN y lo salvaguardan frente a la toxicidad genética.
Además de estas funciones, la SIRT1 también se ocupa de modificar a otras proteínas para disminuir el estrés oxidativo de las células y garantizar su supervivencia en condiciones adversas, favoreciendo la reparación del ADN. Finalmente, algunos estudios refieren también su influencia para hacer que el ejercicio físico tenga efectos beneficiosos sobre nuestro organismo.
SIRT2, otra de las sirtuinas más estudiadas, existe en el citoplasma y regula la diferenciación del músculo esquelético. Recientemente se ha descubierto que esta enzima se acumula en las neuronas del sistema nervioso central, por lo que podría cumplir un papel destacado en el proceso de envejecimiento.
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¿Cómo activar las enzimas sirtuinas?
Los expertos advierten de que aún es demasiado pronto para sacar conclusiones, pero una buena forma de activar las enzimas sirtuinas sería mantener una alimentación basada mayormente en vegetales (limitando el consumo de carne roja) y, por supuesto, practicar ejercicio físico de forma regular.
En este sentido, algunos de los alimentos que pueden ayudarnos a activar las sirtuinas son:
- Semillas de chía, que contienen nutrientes esenciales como el ácido fólico o la fibra.
- Canela, que además de activar las sirtuinas, contiene polifenoles y otros componentes antioxidantes y antiinflamatorios.
- Aceite de oliva, que reduce la acidez gástrica, estimula el tránsito intestinal y favorece la absorción de nutrientes.
- Vino tinto, que contiene un alto porcentaje de resveratrol.
- Kale, que aporta fibra, antioxidantes y calcio.
- Cacao puro, que es rico en polifenoles.
Además existen ciertos suplementos que, supervisados por el personal médico, habrían mostrado indicios de activar las sirtuinas, tales como el resveratrol (que es capaz de reducir la inflamación y los niveles de azúcar en sangre) o el NMN, un derivado de la niacina.
Debates en la comunidad científica
En cualquier caso, el asunto de las enzimas sirtuinas todavía genera ciertos conflictos entre la comunidad científica. Los asuntos más controvertidos suelen ser su influencia sobre los efectos de la restricción de calorías, el uso de resveratrol como activador de las mismas o su papel en el desarrollo de patologías cancerígenas, por citar algunas. En todos lo casos se han realizado ya varios estudios, pero sí que es cierto que es pronto para sacar conclusiones de peso como para llevarlas fuera de los laboratorios.
Como conclusión, un paper científico publicado en la US National Library of Medicine recientemente apuntaba a las enzimas sirtuinas como un factor muy importante a estudiar para la medicina del futuro: “a pesar de las controversias, las enzimas sirtuinas han demostrado claramente su función reguladora en muchos procesos celulares y han sido descritas en el sistema nervioso central, el sistema cardiovascular, el sistema inmunológico, el hígado y los huesos entre otros”.
Lo que sí está claro es que tendremos esperar todavía un tiempo para comprobar cómo la ciencia y la industria farmacéutica utilizan este conocimiento para mejorar nuestro bienestar. Desde aquí, seguiremos atentos.