Cuando llega el invierno y el termómetro se desploma el cuerpo lo nota. Aunque los efectos del frío no sean tan evidentes ni tan inmediatos como los del calor, pueden producir consecuencias negativas sobre nuestro organismo; especialmente en mayores, niños o si estamos sometidos a temperaturas extremas durante mucho tiempo.
Los resfriados y las gripes suelen ser las dolencias más comunes durante estos meses, pero ¿sabías que el frío hace que los vasos sanguíneos se contraigan y que se produzcan un 20% más de infartos de miocardio en esta época del año?
El frío hace que se produzcan un 20% más de infartos de miocardio.
A continuación, vamos a ver cómo afecta el frío a la salud y qué debemos tener en cuenta durante estos meses.
Efectos del frío en las personas
Algunos de los efectos más evidentes y comunes del frío son los temblores o la piel de gallina. Estos actúan como sistema de defensa del cuerpo para conservar el calor y mantener una temperatura óptima (alrededor de los 37ºC). Pero, ¿qué otros efectos se producen y pasan inadvertidos a simple vista?
Cuando hace mucho frío el cuerpo trata por todos los medios de mantenerse caliente. Para ello, los vasos sanguíneos se contraen y concentran la sangre alrededor de los órganos vitales lo que provoca que las manos y los pies se enfríen.
Al mismo tiempo, la sangre se vuelve más espesa con el frío lo que hace que el corazón tenga que trabajar con más fuerza para bombearla a través de los vasos contraídos. Esto aumenta el riesgo de coágulos y de muchos otros problemas derivados.
Además de los efectos que tiene el frío sobre el sistema cardiovascular, también afecta a otras áreas del cuerpo:
- Las articulaciones: seguro que conoces a alguien que sabe cuándo va a cambiar el tiempo porque le duele una articulación. El frío hace que descienda la presión atmosférica y las personas con enfermedades, como la artrosis, lo notan.
- La piel: las bajas temperaturas provocan que la piel se deshidrate, aparezcan rojeces, sensación de tirantez… En casos muy extremos incluso pueden aparecer sabañones.
- El cerebro: el frío y la lluvia pueden potenciar la ansiedad, la depresión, los dolores de cabeza… El viento que precede a una tormenta está cargado de iones positivos que activan la zona del cerebro que controla la sensación de ataque.
¿Qué enfermedades puede causar el frío?
El frío ejerce su influencia sobre todo el cuerpo lo que puede dar lugar a enfermedades, como los clásicos resfriados de la época, o empeorar los síntomas de otras ya existentes.
A continuación, recogemos un listado con los efectos más comunes:
Problemas cardiovasculares
Como ya hemos mencionado, el frío aumenta las posibilidades de sufrir un infarto. Las personas que padecen algún tipo de enfermedad relacionada con el corazón, obesidad o mayores de 50 años tienen más probabilidades de verse afectadas.
Uno de los efectos del frío sobre la salud es la bajada de defensas del sistema inmunológico, lo que nos hace más vulnerables ante enfermedades virales. Además, las bajas temperaturas facilitan la supervivencia de los gérmenes. Por eso en invierno aumentan notablemente los casos de catarro o gripe.
Dolor articular
Es muy frecuente que el frío incremente el dolor y la rigidez en las articulaciones de los pacientes diagnosticados con artritis y artrosis. La principal causa es que los cambios de presión atmosférica provocan alteraciones en las terminaciones nerviosas que generan dolor.
Hipotermia
Otra de las enfermedades que causa el frío es la hipotermia, que se produce cuando la temperatura del cuerpo desciende por debajo de los 35ºC. Los primeros síntomas son escalofríos, piel de gallina, aumento de la frecuencia respiratoria y cardiaca, contracción de manos y pies… Si el cuerpo no recupera el calor aparecen síntomas más graves como dificultad para moverse, somnolencia, confusión mental… En último lugar, puede derivar en el fallo de órganos vitales y, por tanto, la muerte.
Alergia al frío
Aunque no es muy común, algunas personas tienen alergia al frío. Cuando se someten a temperaturas por debajo de los 4ºC durante más de cinco minutos, comienzan a sentir picor en las zonas más expuestas (normalmente las manos y la cara). En algunos casos, la reacción puede ser grave y causar hipotensión, mareos o pérdida del conocimiento.
Efectos psicológicos del frío
El frío también afecta a nuestra salud mental. Muchas personas sienten lo que se conoce como “tristeza de invierno”. Cuando las horas de luz se reducen, los días amanecen grises y lluviosos o el frío hace que estar en el exterior sea más incómodo nuestro estado de ánimo se ve afectado. Por eso se registran más casos de depresión y ansiedad en países con climas fríos.
Uno de los efectos de la falta de luz es que el cuerpo produce más cantidad de melatonina, lo que hace que nos sintamos más cansados, apáticos y somnolientos. También se genera menos serotonina y vitamina D, que son las encargadas de darnos energía y vitalidad.
Todos estos factores pueden desembocar en falta de motivación, pérdida de interés, infelicidad, pesimismo, apatía, desesperanza, aislamiento social e, incluso, en algunos casos, depresión. Por eso, en invierno, se recomienda exponerse al sol cuando sea posible, salir a pasear, organizar actividades sociales… cualquier cosa que nos haga sentir bien. Y si aun así la tristeza persiste, debemos consultar con un psicólogo o el médico de cabecera.
¿Qué pasa si hace frío y no nos abrigamos?
“Abrígate, que vas a enfermar” es una de las frases más típicas de madre. Pero lo cierto es que el frío, por sí solo, no es el culpable de que cojamos un resfriado o una gripe. Estos se contraen cuando un virus entra en contacto con la boca, nariz u ojos. Así que es un error pensar que por no llevar la chaqueta puesta por la calle podemos caer enfermos.
El frío, por sí solo, no es el culpable de que cojamos un resfriado o una gripe.
Sin embargo, sí que es importante abrigarse para evitar que disminuyan nuestras defensas y seamos más vulnerables ante una infección. Por lo tanto, conviene hacer caso a las madres y las abuelas y no dejarse la chaqueta en casa cuando aprieta el frío.
Cómo mantener el cuerpo caliente en invierno
Para evitar incomodidades, resfriados u otras alteraciones corporales causadas por el frío aquí te dejamos unos consejos para mantener la temperatura:
- Protégete bien la cabeza. La mayor parte del calor se pierde por ahí, así que utiliza gorro en los días fríos.
- No dejes que se enfríen tus pies. Utiliza un calzado de invierno adecuado y calcetines térmicos, porque en el momento en el que el frío se instala en tus pies se extiende al resto del cuerpo.
- Cuida de la alimentación e hidrátate. Consumir más calorías hará que el cuerpo tenga más energía para calentarse cuando la temperatura externa es baja. Buena comida y agua ayudan a una buena regulación.
- Toma bebidas calientes. Chocolate, té, café… te ayudarán a expulsar el calor de tu cuerpo y a sentirte bien.
- Mantente activo. Hacer las tareas de cada o sencillos ejercicios físicos son dos de las formas más fáciles y efectivas de mantener el cuerpo caliente.