La irritación de la piel en bebés es una afección muy común. Esto se debe a que su piel tiene unas características especiales que la hacen más susceptible a sufrir problemas cutáneos.
La principal característica de la piel infantil es que el estrato córneo (la capa cutánea más superficial) no está totalmente desarrollado. Esto se traduce en una epidermis más delgada en la que la pérdida de calor y agua es mucho mayor que en los adultos. Como consecuencia, es más vulnerable a la deshidratación y la irritación.
A su vez, la piel de los bebés tiene un pH menos ácido y cuenta con una menor concentración de lípidos, por lo que está más desprotegida frente a las agresiones externas.
Otra característica propia de la piel de los lactantes es que esta tiene escasas glándulas sebáceas, que son las encargadas de producir el sebo o la grasa natural que mantiene hidratado y lubricado el cutis. Además, su sistema inmune todavía es inmaduro, lo que incrementa el riesgo de sufrir afecciones cutáneas inflamatorias como son las irritaciones.
Finalmente, los más pequeños presentan más pliegues cutáneos en los que se suele acumular sudor, suciedad o restos de cosméticos que pueden llegar a irritar la piel. Sobre todo, en las nalgas, las ingles, las axilas o el cuello cuando aún no pueden sostener la cabeza por sí mismos.
Por todo ello, conviene conocer cuáles son las irritaciones de la piel en bebés más comunes y cómo se debería adaptar la higiene e hidratación de los más pequeños para poder prevenirlas.
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La piel de los bebés es muy frágil, por lo que se irrita fácilmente. Unos cuidados de higiene e hidratación adecuados son claves para prevenir las irritaciones, las rojeces y los salpullidos más frecuentes.
Principales irritaciones cutáneas en los bebés
Existen diferentes causas por las que un bebé puede presentar una piel irritada. Entre las más frecuentes, destacan las siguientes:
- Dermatitis atópica. La piel atópica es una afección dermatológica que afecta hasta entre un 10 y un 20% de los niños y cuya prevalencia ha aumentado significativamente en los últimos años.Aunque no se conocen exactamente las causas de la dermatitis atópica, su aparición se relaciona con una variación genética que afecta a la capacidad de la piel para conservar la humedad y protegerse frente a agentes irritantes, alérgenos y externos tales como la tensión emocional o la sequedad ambiental. La piel atópica se caracteriza por una tendencia a la deshidratación y la irritación, así como por la sucesión de brotes en los que los síntomas empeoran.En estos casos, aparece lo que se conoce como eccema atópico. Es decir, una inflamación de la piel que se manifiesta principalmente con rojeces que causan un picor intenso.Si no se trata a tiempo, la dermatitis atópica puede ir acompañada de heridas y costras debido al rascado, así como de piel engrosada, agrietada o en ‘carne viva’. La piel atópica puede afectar a cualquier parte del cuerpo. No obstante, en bebés suele aparecer sobre todo en las zonas de pliegues cutáneos, el rostro y el cuero cabelludo.
- Dermatitis del pañal. Se trata, sin duda, de la dermatitis de contacto más frecuente en los bebés. Sobre todo, entre los seis y los doce meses de edad.Respecto a qué es la dermatitis del pañal exactamente, cabe decir que consiste en una reacción inflamatoria e irritativa que tiene lugar en la parte baja del abdomen, las ingles, las nalgas y los genitales tanto de los niños como de las niñas.Se cree que aparece por las condiciones de humedad, maceración y fricción que provoca el pañal en las áreas del cuerpo que este cubre, así como por el contacto directo de la piel con la orina, las heces y las sustancias irritativas de ciertos productos de higiene.Lo cierto es que todos estos factores pueden ocasionar un daño en la epidermis, la cual acaba perdiendo su función de barrera. Como consecuencia, aparece un sarpullido que puede ir acompañado de cambios en la coloración de la piel, supuraciones o úlceras.
- Irritación por sudor. Los bebés tienen una respuesta más exagerada a los cambios de temperaturas, especialmente al calor. Es por ello que, cuando sudan más de lo habitual, el sudor puede irritar los poros de la piel.Como consecuencia, aparece un salpullido que se caracteriza por la presencia de muchos granitos pequeños. Es lo que se conoce médicamente como sudamina. Estos micro granos suelen localizarse en las zonas del cuerpo donde la temperatura de la piel sube con más facilidad. Es decir, los pliegues de los codos, la parte superior del tronco y la espalda.Por lo general, suele tratarse de una irritación de la piel transitoria que desaparece al desabrigar o refrescar al bebé. No obstante, en caso de atopia o sudoración excesiva, puede producirse una dermatitis más persistente.
Cómo cuidar la piel del bebé para prevenir irritaciones
La piel del bebé se lesiona e irrita con facilidad. Es por ello que las medidas de higiene e hidratación deben ofrecer la máxima protección. No obstante, también es cierto que su epidermis tiene una alta capacidad de recuperación, por lo que mejora fácilmente con unos mínimos cuidados.
- El baño del bebé. Respecto a cómo bañar a un bebé, lo más importante es emplear un gel suave con tensioactivos de bajo poder irritante y que sea respetuoso con el pH de su piel. Asimismo, hay que evitar el agua demasiado caliente y los baños prolongados, ya que favorecen la sequedad cutánea y la irritación.Al finalizar, conviene secar suavemente la piel con una toalla mediante toquecitos y sin frotar.
- Crema hidratante para bebé. Con la piel aún humedecida tras el baño, se aconseja aplicar una crema emoliente específica para bebés en todo el cuerpo. De ser necesario, se puede volver a utilizar varias veces al día en aquellas zonas más deshidratadas o con descamación.
- El cambio de pañal. Es fundamental cambiar el pañal con frecuencia. En la medida de lo posible, cada vez que el bebé lo moje o ensucie. Para ello, se aconseja utilizar únicamente agua y discos o toallitas secas de algodón.En cuanto a las toallitas húmedas, éstas resultan la opción más cómoda para cuando no se está en casa. Sin embargo, deben estar formuladas de modo que respeten el pH de la piel del bebé y, preferiblemente, contener activos calmantes.Una vez la piel esté seca, es recomendable aplicar una pasta al agua. Estos productos consisten en cremas o pomadas que crean una capa de protección en la zona del pañal, aislándola de la orina y las heces.Además, constituyen el principal tratamiento para la dermatitis del pañal al favorecer la recuperación de la piel irritada o con rojeces.Entre los principios activos más eficaces para las irritaciones de la piel en los bebés, destaca el óxido de zinc. Esto se debe a que tiene un efecto antiinflamatorio, antimicrobiano y astringente, así como la capacidad de regenerar el daño cutáneo en las capas más superficiales.Respecto a cuáles son los mejores pañales para bebés con dermatitis, se trata de aquellos extra-absorbentes y en una talla en la que no queden excesivamente ajustados para minimizar el posible roce con la piel.
- La ropa del bebé. Hay que evitar abrigar al bebé en exceso, ya que pude favorecer la aparición de un sarpullido por todo el cuerpo. Del mismo modo, es preferible utilizar ropa de materiales naturales y transpirables como el algodón para evitar la sudoración excesiva.Por lo que respecta al lavado de la ropa del bebé, se debería usar un jabón suave. Los detergentes, los suavizantes, el cloro o la lejía pueden irritar la piel.
- Uñas del bebé. Las uñas se deben mantener cortas para evitar heridas en caso de rascado de la piel.
Cabe advertir que cualquier irritación de la piel en bebés debería cursar sin fiebre. De lo contrario, puede ser señal de que se ha producido una sobreinfección en las lesiones.
Además, en caso de que esta afección no mejore o remita con los cuidados indicados, hay que acudir siempre al pediatra. Principalmente, para evitar complicaciones y porque la dermatitis en bebés puede requerir de tratamientos adicionales como corticoides tópicos, antifúngicos o antibióticos que se encuentran en las oficinas de farmacia.