Prevenir la otitis en niños en verano

La otitis es una inflamación del oído causada, principalmente, por una infección bacteriana (aunque también existen otitis provocadas por hongos). De entre todas ellas, la más frecuente es la otitis media −consecuencia de la inflamación del oído medio, situado en la parte posterior del tímpano – la segunda enfermedad más común en la infancia, sobre todo entre los niños menores de 3 años.

Si bien la otitis media es la infección de oído más común de todas, en verano alcanza gran importancia otro tipo de otitis, muy relacionada con la época del año y con las actividades estivales.

Nosotros te contamos qué tipo de otitis es, sus causas y síntomas y las medidas de prevención más adecuadas.

La otitis externa u “otitis del nadador”

La otitis externa, también llamada “otitis del nadador, “oído del nadador” u “otitis de las piscinas”, es una infección del conducto auditivo externo que se da con frecuencia después de nadarEs consecuencia de la entrada de agua en el conducto, que permanece atrapada en él y lo humedece durante periodos prolongados, así como de la disminución de la acidez relacionada con la presencia de agua. Estas circunstancias facilitan la penetración de bacterias y crean un ambiente propicio para su crecimiento.

No es una dolencia exclusiva de los meses de verano, pero es más común en la época estival, cuando los niños pasan todo el tiempo en el agua. La otitis externa también se da en adultos, pero los pequeños son más vulnerables ya que sus trompas de Eustaquio son más cortas, por lo que las bacterias pueden colonizar sus oídos de forma rápida.

Síntomas de la “otitis del nadador”

Los síntomas dependerán de la gravedad de cada caso, aunque suelen incluir los siguientes:

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  1. Sensación de picor en el canal auditivo (suele aparecer antes del dolor)
  2. Dolor de oído, que puede empeorar al tirar de la oreja o presionarla
  3. Dolor al masticar
  4. Sensación de oído tapado
  5. Enrojecimiento o hinchazón de la zona de la oreja
  6. Supuración del oído
  7. Afectación temporal de la audición
  8. En los casos más graves, fiebre (aunque no suele ser habitual)

Tratamiento de la “otitis del nadador”

El tratamiento dependerá de los síntomas y de la gravedad de éstos. Es habitual que se receten gotas de antibiótico para los oídos, que se administran varias veces al día durante 7-10 días, además de antiinflamatorios si el conducto auditivo está muy inflamado y de calmantes para aliviar el dolor. En los casos más graves, pueden administrarse antibióticos por vía oral.

Mejor prevenir que curar

Siempre que sea posible, no hay mejor tratamiento que la prevención. Para prevenir la otitis del nadador pueden llevarse a cabo algunas sencillas acciones después del baño:

  1. Utilizar un preparado farmacéutico mezcla de vinagre y alcohol e instilar unas cuantas gotas en los oídos del niño después de nadar (2-6, 10). El preparado contribuye a evitar las infecciones, ya que el alcohol ayuda a eliminar el agua y el vinagre acidifica el pH del conducto auditivo, lo que dificulta la proliferación bacteriana. Sin embargo, no puede utilizarse en niños que lleven “tubos” en los oídos o que tengan un tímpano perforado.
  2. Secar bien los oídos del niño después del baño: frotar con cuidado la parte externa del oído con una toalla, inclinando la cabeza a ambos lados para ayudar a expulsar la mayor cantidad de agua posible (2). También es posible utilizar un secador, siempre que se utilice a la mínima potencia y se sitúe a una distancia de por lo menos 30 cm del oído (6, 8, 10).
  3. Utilizar tapones de baño: una opción aún mejor consiste en evitar el problema de raíz y prevenir directamente la entrada de agua en el oído del niño. Si bien es cierto que ningún tapón puede evitar por completo la entrada de agua en el oído (ninguno es totalmente estanco), dado que el conducto auditivo no es una estructura rígida sino elástica y su forma varía al mover la boca (8), el uso de unos tapones adecuados puede contribuir a reducir significativamente el paso de agua hacia el oído.

Tipos de tapones de baño

Existen tapones para los oídos de muchos tipos y materiales, cada uno con sus características específicas. Los materiales con que se fabrican más habitualmente los tapones de baño son:

  1. Ceras y resinas sintéticas
  2. Espuma
  3. Silicona moldeada

Si bien todos los tapones son útiles para prevenir la entrada de agua en el oído y el uso de uno u otro dependerá de varios factores, algunos doctores afirman que los de silicona “se acercan más a la estanqueidad para evitar la entrada de agua en los oídos”, por lo que serían la mejor opción para las piscinas. Incluso pueden utilizarse para ducharse si ya se sufre otitis externa y debe protegerse el oído de todo contacto con el agua durante unos días.

En definitiva, los tapones de baño son una alternativa cómoda, económica y fácil de obtener para contribuir a prevenir una dolencia tan frecuente y tan molesta como la otitis del nadador. ¡Cuando vayas a la piscina con los niños, no olvides llevártelos!

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