¿Por qué mejoran en verano algunas patologías de la piel en los niños?

En verano dejamos nuestra piel al descubierto para aliviarnos del calor. Sin embargo, no nos cansamos de escuchar que es importante protegerla para evitar quemaduras, para lo que es recomendable cubrirse la cabeza con un gorro, beber abundante agua, no practicar deporte en las horas de más sol y mantener nuestro hogar lo más fresco posible.

Los padres y madres prestamos especial atención a la protección de los niños para evitar males mayores como insolaciones y reacciones alérgicas. Aun así, a menudo olvidamos que el periodo estival tiene tres características que ejercen un efecto de mejoría sobre múltiples dermatosis en los niños:

  • La calidez de la temperatura.
  • El alto tenor de humedad.
  • La abundante radiación solar.

A continuación repasamos las principales enfermedades que tienden a mejorar en verano en los más pequeños y por qué.

Dermatitis atópica

Según los expertos de la Asociación Española de Pediatría (AEPED), la dermatitis atópica es la enfermedad de piel con mayor prevalencia en la edad pediátrica. Esta se caracteriza por rojeces y descamación en áreas de pliegues, así como placas que pueden cubrir la cara e incluso toda la superficie del cuerpo del niño.

Las manifestaciones clínicas se dan en brotes y remisiones, aunque hay niños que presentan dermatitis persistentes con periodos largos de eccema. Estos pacientes atópicos tienen una predisposición genética a sufrir la enfermedad y presentan una piel más seca y sensible que el resto de la población.

La humedad del verano contrarresta la extremada sequedad de la piel atópica.

El síntoma más característico y más molesto es el prurito o picor, que puede incluso llegar a alterar el ritmo de sueño del que lo padece. El rascado como respuesta al picor hace que se perpetúe la erupción y facilite la complicación de la infección bacteriana, abocando así al niño a un círculo sintomatológico.

¿Cómo mejora la dermatitis atópica en verano?

La humedad del verano contrarresta la extremada sequedad de la piel atópica. Por otro lado, los baños de agua de mar, por su composición rica en yodo y sal, actúan como antiinflamatorio natural.

Hay otros dos factores de esta época que ayudan a mejorar el eczema atópico:

  • La tranquilidad.
  • La exposición a la luz solar.

Durante el invierno, los niños se ven sometidos a un ritmo de horarios, madrugones y actividades por lo que, a su manera, también pueden estresarse. De hecho, existen mecanismos neuroendocrinos que relaciona el estrés con esta inflamación.

No es de extrañar, por tanto, que con la llegada del verano, el descanso del ritmo escolar y el esparcimiento de las vacaciones los pacientes atópicos mejoren.

La exposición solar moderada, con efecto antiinfeccioso y un estimulante de la vitamina D, ejerce una función de disminución de la inflamación cutánea.

Dermatitis plantar juvenil

El verano también mejora la dermatitis plantar juvenil que puede aparecer en niños desde los 4 hasta los 14 años. Consiste en una descamación y un enrojecimiento en las plantas de los pies, y con menos frecuencia puede verse en las palmas de las manos.

Estos síntomas tienen origen en una dermatitis provocada por el sudor, que actúa como irritante. Suele aparecer ante el uso de calzado deportivo sintético o demasiado abrigado en niños que ya muestran una predisposición a esta enfermedad.

Los rayos del sol son ricos en vitamina D, por lo que la exposición solar moderada disminuye la inflamación de la piel y tiene efectos antiinfecciosos.

¿Cómo mejora en verano la dermatitis plantar?

Además de utilizar el tratamiento adecuado, que suele ser un corticoide suave y la aplicación de polvos de talco, la época estival mejora el problema porque los niños usan un calzado abierto con mucha ventilación. A su vez, los baños de mar o de la piscina, unidos a la exposición solar, contribuyen a secar y desinflamar el pie.

Eccema dishidrótico

El eccema dishidrótico se caracteriza por la aparición brusca, crónica o recurrente de vesículas pequeñas con contenido de carácter líquido.

La localización más frecuente de esta afección es en la palma de las manos, el borde de los dedos, los propios dedos y la planta del pie. Los niños atópicos tienen más predisposición a padecerlo.

Las lesiones pueden ocasionar prurito o picor, en ocasiones aparecen ampollas grandes e incluso en algunos casos pueden infectarse con bacterias. Cuando el cuadro es crónico, la piel de las palmas y plantas se descaman, se agrietan y la dermis adquiere una textura gruesa.

¿Cómo mejora en verano el eccema dishidrótico?

Esta dermatosis, que puede surgir en otoño o primavera, mejora espontáneamente con la llegada del verano sin necesidad de tratamiento. La práctica clínica sugiere también un mecanismo similar al de la dermatitis atópica, en la que la radiación solar y la tranquilidad del verano ejercen su influencia beneficiosa.

La exposición solar también tiene un efecto seborregulador.

Acné

Otra gran enfermedad que tiende a remitir con la llegada del calor es el acné. Si bien no es común a la edad pediátrica, esta enfermedad sí puede aparecer en niñas a partir de los 9 años, cuando empiezan los cambios hormonales previos a la menarquia (regla). Esta transformación influye negativamente en la aparición del acné.

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Los desencadenantes de esta dermatosis hereditaria son, principalmente, los cambios hormonales y los nervios o estrés. Las alteraciones de estas sustancias modifican la composición del sebo, mientras que el estrés contribuye a la inflamación.

Esta situación es motivo de preocupación para los padres y compleja de gestionar emocionalmente para los niños que lo padecen. Sus manifestaciones son por todos conocidas: granos y pústulas de diversos grados de inflamación (hasta llegar a nódulos y abscesos) y lo más frecuente en esta etapa de la niñez, los comedones o espinillas (puntos negros) y microquistes.

¿Cómo mejora el acné en verano?

El verano, de nuevo, llega para rescatar a los niños con acné porque la exposición solar tiene efecto seborregulador. El yodo del agua de mar y las sales minerales también desinflaman y la propia relajación del cuerpo permite que el acné disminuya hasta casi pasar desapercibido.

Vitíligo

El vitíligo es una patología autoinmune que se manifiesta en la pérdida de melanina, la sustancia que pigmenta nuestra piel. Cuando ocurre, la dermis queda completamente blanca y desprotegida en las zonas afectadas. Estas áreas despigmentadas pueden repartirse por todo el cuerpo, incluyendo el cuero cabelludo, los labios y el interior de la boca.

El vitíligo puede empezar a cualquier edad, aunque lo más frecuente es que lo haga antes de los 20 años. En los niños son formas de vitíligo localizado, y con muy buena respuesta al tratamiento.

Esta patología no tiene curación, pero sí existen tratamientos para repigmentar las zonas sin melanina y controlar la reacción inmunológica e inflamatoria que lleva a la destrucción de los melanocitos.

¿Cómo mejora el verano los síntomas del vitíligio?

Estos medicamentos pueden combinarse con fototerapia, utilizando el sol como fuente de radiación para colorear los parches blancos.

Psoriasis

Aunque es menos frecuente en la infancia, la psoriasis es una enfermedad cutánea muy común, pues se calcula que afecta a entre el 2% y el 3% de la población española. Se caracteriza por la aceleración del ciclo vital de las células de la piel, de manera que las que van muriendo se acumulan rápidamente en la superficie de la dermis en lugar de desprenderse paulatinamente, como ocurre en pacientes sanos.

Estas células acumuladas se observan como manchas rojas y escamas que causan picor, irritación y grietas en la dermis, convirtiéndose en una enfermedad crónica que cursa en forma de brotes.

El tratamiento más habitual consiste en aplicar cremas humectantes específicas para esta patología, si bien la fototerapia – o exposición controlada a las radiaciones ultravioleta tipos A y B-, está considerada una de las líneas de tratamiento actuales más eficaces.

¿Cómo mejora la psoriasis en verano?

Por este motivo, la exposición a los rayos del sol, unida a la mayor humedad propia de los climas veraniegos, hace que las lesiones psoriásicas mejoren notablemente. Además, el agua del mar, rica en sales minerales, ejerce también un efecto beneficioso en estos pacientes.

Esa patología puede mejorar también por motivos de carácter emocional. Aunque los mecanismos concretos aún no se han desentrañado por completo, varias investigaciones han relacionado los cuadros de ansiedad y estrés al empeoramiento de la psoriasis. Por eso, una de las medidas que se aconseja para reducir la intensidad de los brotes, así como su número, es tratar de controlar los estados emocionales.

Liquen plano

También menos habitual en niños, el liquen plano es una alteración de origen autoinmune que afecta a la dermis y que se manifiesta en forma de protuberancias aplanadas de color rojo o violáceo repartidas por el pelo, las uñas, los brazos, los tobillos y las mucosas. En estas últimas son de color blanco y a veces presentan llagas bastante dolorosas.

Las lesiones causan, según la zona en la que se presenten, picazón, dolor, ulceraciones, malformaciones en las uñas y pérdida del cabello, esto último raro en edades pediátricas.

Su tratamiento incluye la aplicación de retinoides, inmunomoduladores, antihistamínicos y fototerapia.

¿Cómo mejora el liquen plano en verano?

Por este motivo, y de la misma manera que ocurre con el resto de dermatosis mencionadas, la exposición al sol mejora los casos de liquen plano.

La exposición al sol y el baño continuado en el mar tienen efectos beneficiosos en enfermedades de la piel como la dermatitis atópica, la dermatitis plantar juvenil, el eccema dishidrótico, el acné, el vitíligo y, en menor medida, la psoriasis y el liquen plano.

En nuestro próximo artículo hablaremos de las enfermedades infantiles de la piel que empeoran en verano.

Artículo escrito por Dra. Gloria Abad, dermatóloga y Youtuber, ganadora del Premio a la mejor Dermatóloga de España, (Doctoralia Awards 2019)

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