La dermatitis atópica es una enfermedad de la piel que afecta, en los países desarrollados, a entre un 10% y un 20% de los niños en algún momento de su vida. Sensibilidad, rojeces, irritación, picores de la piel son solo algunos de los molestos síntomas con los que tienen que lidiar las familias.
¿Qué es la piel atópica?
La piel atópica es una piel extremadamente sensible. Es una enfermedad inflamatoria crónica que puede hasta durar años, en la que no se realiza correctamente la función de protección de la piel frente a agentes externos. La barrera es más fina y resulta más permeable al paso de sustancias que pueden resultar irritantes.
Se sabe que la dermatitis atópica tiene un componente genético y, por tanto, hereditario. Dicho con otras palabras, es una alteración habitual que se transmite de padres a hijos. En familias con niños que sufren dermatitis atópica es frecuente que sus progenitories presenten antecedentes de alergias, asma o dermatitis. En el 30% de casos de los niños con dermatitis atópicas, al menos uno de sus padres padeció o padece la enfermedad.
En el 30% de casos de los niños con dermatitis atópicas, al menos uno de sus padres padeció o padece la enfermedad.
Además del factor hereditario, también existen componentes externos que han hecho que, en los últimos cuarenta años, haya habido una explosión de casos. Entre ellos encontramos la proliferación de los ácaros, de la polución o del humo del tabaco.
¿Cómo saber si mi hijo tiene dermatitis atópica?
Si sospechamos que nuestro hijo puede tener dermatitis atópica debemos prestar atención a los síntomas más comunes:
- Picor y rascado frecuente.
- Piel roja, seca y con engrosamiento.
- En bebés, pueden aparecer manchas rojas en las mejillas, los brazos, las piernas, el cuero cabelludo y los glúteos.
- En niños de más de un año, las manchas se trasladan a los pliegues de la piel (cuello, rodillas, codos…) y alrededor la boca y las manos.
Si el niño muestra estos síntomas de forma recurrente, es importante acudir al médico para una valoración y, de ser necesario, poner tratamiento.
¿Cómo puedo curar o tratar la dermatitis atópica con productos de farmacia?
La dermatitis atópica no se puede curar, pero sí se puede tratar y aliviar sus síntomas. En este sentido, es importante seguir las indicaciones del médico y preguntar al farmacéutico qué productos complementarios nos pueden ayudar para el tratamiento de la piel atópica. Entre ellos, en la farmacia encontraremos:
- Hidratantes tópicos. Para que la piel sensible esté protegida y sana, hay que hidratarla muy a menudo (al menos dos o tres veces al día) con productos adecuados. El mejor momento es por la mañana, antes de vestirse, y por la noche al salir de la ducha. Se aplican con la piel seca y a toquecitos para no irritar.
- Corticoesteroides tópicos. Ayudan a aliviar la inflamación, pero necesitan receta médica. Es importante seguir las indicaciones del médico, ya que si no se aplican en las zonas indicadas pueden dañar la piel.
- Medicamentos antiinflamatorios tópicos. Modifican la forma en la que reacciona el sistema inmunitario de la piel.
- Antihistamínicos. Ayudan a aliviar el picor provocado por la dermatitis y se recetan, sobre todo, para dormir mejor por la noche.
- Antibióticos. Sirven para prevenir o tratar posibles infecciones bacterianas y, por supuesto, siempre deben estar pautados por un médico.
La dermatitis atópica no se puede curar, pero sí se puede tratar y aliviar sus síntomas.
¿Cómo podemos cuidar de una piel atópica en niños?
Además del tratamiento médico, en el día a día podemos aplicar los siguientes cuidados, que ayudarán a prevenir sus síntomas y a evitar que la piel se seque y pique:
- Baños cortos o duchas con agua tibia.
- Evitar los jabones perfumados o geles que contengan jabón.
- Secar la piel con suavidad y a toquecitos antes de aplicar una crema hidratante.
- Aplicar cremas o aceites emolientes especiales para pieles atópicas al menos dos veces al día. Cuanto más hidratada esté, menos picor.
- Vestir a los niños con prendas hechas con tejidos suaves y absorbentes como el algodón. La lana o el poliéster pueden irritar la piel.
- Evitar que el niño se rasque y mantener cortas las uñas para evitar lesiones.
- Evitar exponer a los niños a demasiado calor ya que puede reactivarse la irritación. No abrigarles en exceso, tampoco, durante el invierno. El sudor empeora los síntomas.
- Dar de beber agua con frecuencia para que el niño esté hidratado por dentro.
- Controlar la exposición a alergenos como el polen, el moho o el humo del tabaco.
- Reducir el estrés y las situaciones de nerviosismo o enseñar maneras de afrontarlo.
- Aumentar los baños en el mar en verano ya que mejoran el estado de la piel.
¿Qué no deben comer los niños con dermatitis atópica?
Hay ciertos alimentos que pueden potenciar los brotes de dermatitis en los niños. Esto depende del nivel de acidez que tiene cada alimento. Por ejemplo: el tomate o el vinagre son alimentos muy ácidos, por lo que pueden empeorar el estado de la piel en personas con dermatitis o psoriasis.
También es importante reducir el consumo de alérgenos, ya que los pacientes con dermatitis son propensos a presentar intolerancias alimentarias. Por lo tanto, lo mejor es evitar los grandes grupos de alérgenos como los frutos secos, mariscos, lácteos, huevos, gluten y trigo, entre otros.
Esto no quiere decir que tengamos que eliminar estos alimentos de la dieta, sino observar si produce alguna reacción en el cuerpo del niño. Y siempre, por supuesto, consultarlo con el médico para tener su aprobación.