Vivimos inmersos en la cultura de las prisas, de la inmediatez. Somos esclavos del reloj, de la agenda y de las nuevas tecnologías. Nos pasamos el día corriendo de un sitio a otro, intentando conciliar vida personal, familiar y profesional, haciendo mil cosas a la vez y sin dedicarle a ninguna la suficiente atención para disfrutarla conscientemente.
Seguro que en más de una ocasión te has planteado que no puedes seguir así, que debes cambiar tu estilo de vida, para mejorar tu salud y conseguir vivir más o, como mínimo, mejor, pero quizá no sepas cómo hacerlo. Pues bien, tenemos una buena noticia para ti. Si adoptas los siguientes hábitos saludables y los conviertes en tu modus vivendi, conseguir tus objetivos estará al alcance de tu mano. ¿Te animas a seguir estos consejos?
- Aliméntate correctamente
- Hidrátate bien
- Descansa adecuadamente
- Apártate de los hábitos tóxicos
- Haz actividad física
- Mantén en forma tu mente
- Cuida de tu entorno
¿Sabías que, según un estudio del University College de Londres publicado en el European Journal of Social Psychology, se necesita un promedio de 66 días para que se cree un hábito y se mantenga durante años?
Alimentación
¡Cuántas veces habrás oído aquello de «Somos lo que comemos»! Pero es que no puede ser más cierto: lo que comemos influye en nuestro bienestar físico, psíquico y cognitivo. Para garantizar un buen estado de salud general, debe seguirse una alimentación adecuada, equilibrada y nutritiva, que aporte las substancias necesarias para permitir la formación, el crecimiento y la reparación de las estructuras corporales; para obtener la energía necesaria para el mantenimiento de las funciones del organismo; para disminuir el riesgo de determinadas enfermedades, y para regular los procesos metabólicos del organismo. Aunque no hay una única dieta para todos, y cada caso debe estudiarse individualmente, disminuir el consumo de harinas, lácteos, azúcares refinados y sal; no abusar de la carne roja; aumentar el consumo de frutas, verduras y pescado azul; moderar las raciones ingeridas, y huir de los alimentos prefabricados son consejos generales que pueden irte bien.
Hidratación
Si el agua representa un 60-70% de nuestro peso corporal, está claro que es muy importante estar bien hidratado para mantenernos saludables.
En función de tu tamaño corporal y de tu situación (altas temperaturas, ejercicio físico, etc.), deberás ingerir más o menos agua. Tomar unos 2-3 litros de agua al día, no sólo bebida, sino también a través de los alimentos sólidos y del metabolismo de éstos, sería una medida adecuada
Dormir
¿Cuántas veces te habrás privado de horas de sueño para poder cumplir con todas tus obligaciones? Cuando vuelvas a tener la tentación de hacerlo, recuerda que sacrificar horas de dormir afectará tanto a tu salud física como mental. El sueño tiene una función reparadora y su falta podrá aumentar, entre otras cosas, el riesgo de sufrir obesidad, infecciones y enfermedades del corazón.
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Duerme de 7 a 8 horas diarias y pon todo de tu parte para que el sueño sea de calidad: respeta los horarios, evita irte a la cama con hambre o demasiado lleno, mantén un ambiente relajado y adecuado (oscuro, sin puntos de luz ni campos electromagnéticos como los de los móviles), no abuses de la siesta y, si lo necesitas, ayúdate de la melatonina, de la pasiflora, de la tila, de la valeriana o de todos aquellos remedios que pueden permitirte dormir de forma natural.
Hábitos tóxicos
Si quieres mejorar tu bienestar, es muy importante que prescindas del tabaco, limites el alcohol y hagas un consumo adecuado del café.
Actividad física
El ejercicio físico, practicado de manera regular, mejorará tu salud, tu vitalidad y tus ganas de vivir; te ayudará a fortalecer músculos y huesos, a mejorar tu flexibilidad y a mantener tu peso corporal; facilitará tu bienestar psicológico, y reducirá el riesgo de padecer algunas enfermedades como la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, etc.
Equilibrio mental
Ya lo decía el poeta satírico romano Juvenal: «mens sana in corpore sano». Y es que tan importante es entrenar tu cuerpo como tu mente. Ejercitar el cerebro, para mejorar la memoria, la capacidad de atención y la concentración, así como conseguir reducir los niveles de estrés y de ansiedad, con ayuda de técnicas de respiración, de relajación y/o de meditación, como el mindfulness, será crucial para que alcances un adecuado equilibrio mental.
Cuida de tu entorno
Por último, es muy importante que te ocupes también de tu entorno, no sólo físico (ambiente ordenado, limpio, etc.), sino también humano (familia y amigos), para conseguir que sea lo más beneficioso posible para tu bienestar.
¿Te animas a poner en práctica estos consejos? Empieza poco a poco, pero sé constante. Ya verás cómo pronto empezarás a notar los resultados.