El cuidado del medio ambiente es un asunto urgente. Prueba de ello son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que fueron adoptados en el 2015 por los grandes líderes mundiales, marcando un antes y un después en nuestra historia: por primera vez, se establecía un marco de trabajo global en cuanto a sostenibilidad.
Diecisiete objetivos concretos que sirven de guía para establecer prioridades y trabajar por un mejor cuidado del planeta, y entre los que se encuentran recomendaciones sobre la producción y el consumo responsables.
¿Has pensado alguna vez en todos los productos químicos que utilizas en tu día a día? El detergente de la lavadora, el friegasuelos o los cosméticos que utilizas en tu rutina de belleza e higiene probablemente contengan sustancias químicas.
Y el mercado, ¿se está orientando hacia esta nueva tendencia? ¿Está aumentando la conciencia por parte de la población? ¿Tenemos toda la información necesaria?
Así impacta la cosmética convencional en el planeta
El primer paso para mejorar nuestros hábitos consiste en ser conscientes de las consecuencias de nuestras acciones para poder optar así por un consumo cada vez más responsable.
La tendencia está clara: cada vez más marcas, como Acofarma, utilizan ingredientes naturales en la fabricación de sus productos.
¿El motivo? La media europea de consumo por persona es de 17 cosméticos distintos al día, lo que conlleva enormes consecuencias para el medio ambiente. No solo importan las materias primas utilizadas, sino también otros factores como la huella de carbono de esta industria o el envoltorio escogido.
Aceite de almendras
Cuando tu piel está sufriendo, o va a ser sometida a un gran estrés, su mejor aliado es el aceite de almendras dulces. Es tan saludable que podrías echártelo al natural sobre la piel, recién extraído.
Claro que lo bueno siempre puede mejorarse. Como en la fórmula Vivēra del Aceite de Almendras
Qué debemos evitar
A la hora de decidir qué cosméticos adquirir, basta con responder a una serie de cuestiones básicas para saber si estamos tomando una decisión consciente y sostenible. Entre ellos, estos son los principales:
- Comprobar si el producto ha sido testado en animales.
- Revisar el INCI (el listado de ingredientes) para asegurarnos de que no contiene elementos transgénicos.
- Comprobar que no ha sido sometido a procesos de irradiación y que no integran nano-partículas.
Además de estos básicos, los expertos recomiendan evitar una serie de ingredientes. En primer lugar, el triclosán o TCS, un agente antimicrobiano que suele utilizarse como conservante y que tiene efectos adversos sobre el medio ambiente.
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Los ingredientes naturales son materias primas aptas para prácticamente todos los tipos de piel, presentan menos efectos secundarios y son, en general, más respetuosos con el medio ambiente.
Además, otros ingredientes como el Cloruro de benzalconio, el formaldehído o las siliconas son materias primas especialmente nocivas para nuestro entorno.
Aclarando términos: ¿cosmética natural, vegana, sostenible o ecológica?
Con la lista de ‘básicos’ a cumplir en la mano y los ingredientes que debemos evitar, otro de los puntos más importantes a la hora de realizar un consumo responsable es informarnos sobre lo que estamos comprando. En este sentido, la terminología utilizada es a menudo motivo de confusión por parte de los consumidores.
·La cosmética natural es aquella que utiliza ingredientes naturales o derivados de los mismos en su producción, es decir, no contiene derivados de petróleo, compuestos químicos o metales pesados potencialmente tóxicos.
·La cosmética vegana, por otro lado, son todos aquellos productos que están fabricados con ingredientes no derivados de los animales, aunque eso no tiene por qué significar que sea necesariamente natural.
·La cosmética sostenible hace referencia a aquellos productos de higiene y belleza que priorizan el cuidado del medio ambiente en su producción, sin implicar que se trate de ingredientes veganos o con certificación ecológica.
·Finalmente, la cosmética ecológica es aquella que cuenta con un sello certificado que garantiza que la mayoría de ingredientes usados en su producción son naturales, además de un proceso respetuoso con el medio ambiente y el bienestar animal, entre otros aspectos.
¿Por dónde empezar?
Una buena forma de mejorar nuestro consumo y de comenzar a hacerlo más consciente consiste en incluir en nuestra rutina productos que contengan ingredientes naturales como el aceite de almendras, el aloe vera o la avena, entre muchos otros.
¿El motivo? Además de tratarse de materias primas aptas para prácticamente todos los tipos de piel, presentan menos efectos secundarios que el uso de ciertos químicos y son, en general, más respetuosos con el medio ambiente.
Con toda esta información clara, el primer paso para optar por un consumo cosmético más responsable es informarte. Escoge siempre empresas éticas que no testen en animales y que incorporen materias primas naturales en sus producciones. ¡El planeta te lo agradecerá!