Termómetro de Galio, fiable y seguro

Artículo revisado por Montserrat Enrique
Farmacéutica y Directora Técnica de Acofarma

A la hora de tomar y medir la temperatura de las personas, a menudo surgen muchas dudas sobre las características de cada tipo de termómetro disponible en el mercado, sobre su funcionamiento o sobre cuándo se considera que una persona tiene fiebre. 

Especialmente en un momento como este, es importante saber cómo utilizarlos correctamente. Te contamos todo lo que debes saber al respecto centrándonos en una de las alternativas más seguras y fiables, el termómetro de galio.

¿A qué temperatura se considera que una persona tiene fiebre?

A la hora de hablar sobre el funcionamiento de los termómetros, conviene tener claro en primer lugar a qué nos referimos con ‘fiebre’, algo que difiere entre las distintas partes del cuerpo, por un lado, y entre adultos y niños, por el otro. 

La primera consideración que debemos hacer en este sentido es que la temperatura normal de un adulto oscila entre 35 y 37 grados, siendo 36 la más común. Cuando el termómetro marca de 36 a 38 grados estamos hablando de ‘febrícula’, por lo que no conviene alarmarse pero sí hacer un seguimiento de la temperatura durante el día. 

Por último, es importante saber que la temperatura en zonas como el recto o la boca suele ser más elevada que en otras partes del cuerpo, un aumento que puede llegar a ser de hasta 0,6 grados comparado con otras zonas del cuerpo. 

Así, consideraríamos fiebre a partir de 38 grados, siendo considerada fiebre alta a partir de los 39 grados. 

En el caso de los niños, finalmente, debemos tener en cuenta que por lo general presentan temperaturas algo más elevadas que los adultos. 

¿Cuál es el termómetro más exacto?

A la hora de escoger un termómetro, debemos tener en cuenta que existen distintas posibilidades en el mercado: termómetros digitales, termómetros de oído, termómetros de galio, etc.

Aunque a día de hoy los termómetros digitales sean los más habituales, el nivel de precisión que presentan (lo que hace que muestran temperaturas distintas cada vez que los usamos), hace que muchas personas opten por el de galio o galinstan, el sustituto de los antiguos termómetros de mercurio que ya no se utilizan debido a su alta toxicidad para el medio ambiente y las personas, y fabricado de indio, galio y estaño.

Básicamente, el termómetro de galio no necesita pilas, se puede limpiar con facilidad y es muy exacto y fiable al medir la temperatura. Además, es antialérgico. Te contamos cómo funciona y cómo utilizarlo correctamente. 

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Cómo funciona el termómetro de galio

Presentado la mayoría de veces como una varilla ligera de cristal, el termómetro de galio está compuesto por galinstán, que es una aleación blanda de galio, indio y estaño que modifica su color a medida que varían las temperaturas. 

Cuando se encuentra en estado líquido presenta un color grisáceo, mientras que el solidificarse se vuelve de un plateado brillante. 

Cómo utilizar el termómetro de galio

El funcionamiento de un termómetro de galio es muy sencillo. Simplemente, sigue estos pasos. 

  1. Antes de tomar la temperatura, comprueba que la columna del líquido está por debajo de los 36ºC. Si ves que no baja, caliéntalo previamente colocándolo bajo la axila durante 30 segundos y a continuación sacúdelo repetidamente desde el extremo superior.
  2. A continuación, colócalo en la zona del cuerpo que desees (axila, recto o boca).
  3. Espera 4 minutos para comprobar la temperatura. Es importante esperar este tiempo para considerar fiable la medición.
  4. Al terminar, coge el termómetro por el extremo superior y sacúdelo rápidamente unas 15 veces para permitir que el líquido de señalización baje de nuevo por debajo de los 36ºC.
  5. Finalmente, recuerda limpiarlo con jabón para que esté listo para su próximo uso. Puedes utilizar tu jabón de manos habitual. 

El termómetro de galio no necesita pilas, se puede limpiar con facilidad y es el más exacto y fiable al dar la temperatura corpórea

¿Qué pasa si se rompe un termómetro de galio?

Otra de las preguntas más comunes con respecto al uso del termómetro de galio tiene que ver con su toxicidad, sobre todo teniendo en cuenta que se trata del formato que ha sustituido al termómetro de mercurio. 

En el caso de que un termómetro de estas características se rompa podemos estar tranquilos, ya que a diferencia del mercurio el galio es un metal no tóxico. Lo que ocurriría en este caso es que el galio podría llegar a desintegrarse al estar en contacto con nuestra piel, debido al calor corporal. 

En definitiva, el termómetro de galio es a día de hoy una de las mejores opciones que existen para tomar la temperatura, ya que además de ser 100% sostenible y fácil de manejar y limpiar, nos proporciona una medición fiable y segura. 

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Montserrat Enrique

Farmacéutica y Directora Técnica de Acofarma

Con una amplia trayectoria profesional como Directora Técnica en destacadas compañías del sector farmacéutico, Montserrat Enrique es licenciada en Farmacia y ha cursado un Postgrado en Sistemas de Calidad en la Industria y la Investigación Farmacéutica en la Universidad de Barcelona.

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